Es muy fácil arreglar el mundo los domingos por la tarde charlando con los amiguetes después de comer. La fórmula es sencilla: primero uno come, luego empezamos a criticar… al jefe, a la empresa, a los políticos, a los ricos, a los pobres, etc. etc…, tras la crítica general viene una crítica personalizada… es el «personaje del día». Finalmente damos nuestra visión de los que debería ser el mundo.
Tras eso el 95% de las personas se van satisfechas a su casa, ven un rato la tele, cenan y se van a la cama para estar listos para un lunes gris más. El otro 5% si que hacen algo por cambiar las cosas (he escrito «hacen» y no «dicen»), aunque no estén seguros de que sea correcto o no. Pero lo intentan.
Una de las cosas que más me gustaron del London Business School es que me junté con mucha gente que realmente hacía lo que decía, o por lo menos lo intentaban. Conocí -por ejemplo- a un georgiano que atravesó la guerra de Chechenia para entrevistarse en Moscú, llegó a la entrevista y dijo que en unos años quería controlar una empresa de Georgia para mejorarla y crear riqueza. Pues bien, en camino está (no puedo dar más detalles). Conocí también a un inglés que fue capaz de movilizar a la sociedad británica (y a Lady Di) en contra de las minas antipersonas. También he conocido a multitud de personas que han montado sus propias empresas, ONGs, etc.
Ahora me gratifica saber que 4 estudiantes acaban de coronar el Everest. Entre ellos está Omar Samra, el primer ciudadano egipcio que sube a la cima del mundo. Entre tanto han recaudado fondos para financiar su aventura y para obras caritativas. http://www.everest2007.net
Cada uno tiene su forma, no?
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