Hay dos razones:
- Cuando tenía 15-16 años soñaba con que me tocase la lotería primitiva. Echaba todos los jueves y hasta hacía predicciones basadas en la estadística de sorteos anteriores. Un buen día me di cuenta que aquello no sólo consumía mi tiempo, sino mi ilusión por cosas realmente interesantes. Dejé de jugar (desde entonces no me he gastado ni un euro en lotería) y así me forcé a pensar que la única manera de prosperar sería trabajando duro y estudiando, sin posibilidad de dar un pelotazo a corto plazo. Con las subvenciones me pasa algo parecido, tengo la impresión de que si empiezo a buscar subvenciones me voy a centrar más en entender lo que me piden, y en ser como ellos quieren que sea, en vez de en hacer lo que mis potenciales clientes necesitan. Es una cuestión de mentalidad y de libertad.
- Tengo una especie de trauma con las subvenciones. En diciembre de 2003 pasé unos días en Madrid, justo después de mi estancia en Chicago y antes de volver a Londres de nuevo. Como me aburría me fui al CDTI y estuve reunido con 2 XXXXXX (no se como llamarlos: “funcionarios”, “empleados”, “directivos”,) del CDTI para contarles una idea de negocio que tenía, era una especie de consultora de recursos humanos ultraespecializada en el sector bancario. Pues los tíos casi acabaron mondándose de la idea, cuando me iba miré hacia atrás y pude ver sus risitas. No se, me recordó a mi época en la escuela primaria, qué falta de respeto. Tras aquello me dije “Nunca más”. Era escéptico de antemano, y ahora más. Al fin y al cabo, ¿Qué grandes proyectos tecnológicos españoles han salido del CDTI? ¿Y empresas?
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