En los últimos años se están produciendo unas tendencias económicas muy interesantes, y que nunca antes habían sucedido. En mi opinión lo que está sucediendo es lo siguiente:
a) La pobreza a nivel global está disminuyendo, principalmente gracias a la globalización que permite a cientos de millones de personas -asiáticos principalmente- poder producir y vender en mercados con alta capacidad adquisitiva.
b) El número de ricos está aumentando significativamente. Con algunas excepciones (Rusia y China por ejemplo), en general las nuevas fortunas son debidas a personas o familias que han creado modelos muy innovadores de empresas (Microsoft, Inditex, H&M, Ikea, Wal-Mart, Novartis, Bernkshire, etc etc.). Esto es muy positivo porque en un marco de libre competencia cuando emerge una fortuna de estas suele significar que el valor aportado a la sociedad ha sido aún mucho mayor. Las excepciones de Rusia y China se deben a que esas fortunas (Abramovich, etc) se deben principalmente a sucias estrategias por controlar recursos públicos pagando precios de risa. Es decir, que la fortuna se ha conseguido a costa de la sociedad, y no a favor de ella.
Los puntos a) y b) son en mi opinión noticias buenas para la economía, sobre todo si nos comparamos con lo que pasaba en el mundo hace 50 o 100 años. Sin embargo hay un punto c)
c) Las clases medias y bajas en los países desarrollados se están empobreciendo. El liberalismo económico hace que se premie más el esfuerzo emprendedor en las sociedades desarrolladas y -a la vez- la globalización produce una competencia en los salarios que presiona a la baja. El último informe de las Cajas de Ahorro en España lo muestra claramente.
¿Es esto incorrecto? Desde un punto de vista moral yo creo que no. Yo creo en la competencia y me da igual la nacionalidad de las personas. Además, las clases medias y bajas en un país desarrollado son «ricas» comparado con un país del tercer mundo.
Las clases que más sufren la globalización (aunque sea «justo» ese sufrimiento desde un punto de vista moral, en mi opinión) representan un porcentaje muy bajo de la población mundial, no más de un 10 ó 20% diría yo. Sin embargo ese 10-20% son los votantes que deciden el poder en un conjunto de países que representan más del 60-70% del poder económico mundial. Y esto sí que es un problema, un problema social principalmente.
Si todo el mundo fuese un sólo país, y democrático, el problema -desde el punto de vista social- estaría resuelto. Sin embargo tal y como está configurado el mundo existen mecanismos para que esta minoría defienda sus intereses a costa de los de la mayoría y, lo que es peor, sea capaz de imponerlos. Algunas muestras de que este mecanismo proteccionista funciona son:
- La política agraria común.
- Algunas políticas proteccionistas-populistas de Bush, sobre todo en agricultura.
- El movimiento social anti-outsourcing en EEUU, liderado por algunas figuras mediáticas como el presentador de la CNN Lou Dobbs.
- Los sindicatos en Europa, que ya claramente se posiciónan a favor de proteger los intereses de sus trabajadores afiliados, en vez de el romántico «interés social» que parecía guiarles en las últimas décadas.
- Los movimientos antiglobalización seguidos por muchos jóvenes.
La semana que viene Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, da una conferencia en Madrid. Asistiré y trataré de encontrar su visión acerca de estos fenómenos, puesto que él se ha dedicado a estudiarlos profundamente durante años. Merece la pena, creo que la mayoría de los cambios económicos y sociales que van a suceder en las próximas décadas van a estar estrechamente relacionados con los fenómenos de los que he hablado en este post (la otra «pata» de cambio sería el medio ambiente en mi opinión).
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